Mi pie izquierdo en un trocito de los kms de playa de Mimizan,
donde la naturaleza se encuentra todavía en estado puro....
El pie en la arena.
El pie desnudo. Sólo
su huella; sólo el leve
trasunto. Aquí el perfume
estuvo. ¡Quién pudiera
seguirte, aire que un día
arrebataste la última
sospecha de una carne!
Huella desnuda, intacta.
Plinto de mi deseo,
donde hoy se yergue entera
la irrenunciable estatua.
Poema del libro "Sombra del Paraíso" de Vicente Aleixandre